Es el sistema californiano el que ofrece excelentes garantías técnicas y estéticas, ya que no añade material para espesores finos y medios, sino que limita la soldadura a los dos bordes que hay que unir mediante un soplete con electrodo de tungsteno. El gas inerte, introducido durante la fase de soldadura, excluye el oxígeno, que es el causante de la alteración de la estructura molecular del acero y que lo haría atacable por los líquidos sumergidos en el recipiente. Para otros espesores de chapa, también se utiliza hilo de aportación AISI 316. El control digital constante garantiza la máxima precisión de soldadura en todo momento.
